Apariencia, orden y autoría


         El orden, la apariencia y la autoría son elementos que todo arquitecto debe tomar en cuenta al momento de diseñar un nuevo proyecto. Cada uno de ellos forma parte de un sistema para la efectividad visual y representativa de la estructura. Si es lograda de tal manera, elevará el diseño, así siendo reconocido a una mayor escala. El Guggenheim y El Kursaal son ejemplos exquisitos de la aplicación de estos términos. Al lograr aplicar el orden, la apariencia y la autoría, edificios como los anteriormente mencionados, alcanzan un nuevo orden los cuales le dan una popularidad mayor en el campo arquitectónico. 


La apariencia es la manera en la cual un edificio se ve, incluyendo su fachada exterior y su estética. La selección de materialidad, texturas, colores y acabados son diferentes variantes que atribuyen a los diferentes tipos de apariencia que una edificio pudiera tener. Este juego de materialidades y terminaciones crean una estética en particular, lo cual hace a cada edificio único y reconocible a su manera. Esto también afecta la manera en la cual los visitantes perciben los espacios y cómo experimentan su recorrido por él mismo. Claro está que proyectos como El Guggenheim y El Kursaal son muy efectivos en cada una de sus apariencias. Cada una de sus fachadas son obras únicas las cuales hacen que resalten entre el resto de los edificios aledaños a ellos. 


Similar a la apariencia, está el orden. El orden determina la manera en la que los espacios se relacionan uno con los unos y brinda una circulación efectiva. Este, abarca y toma en consideración la funcionalidad, jerarquía, relación y circulación de cada espacio, asegurándose que tenga una estructura adecuada. Al igual que con la apariencia, El Guggenheim y El Kursaal son edificios que están muy bien ordenados, favoreciendo la circulación y estructura de cada uno para crear una experiencia inolvidable. 


Por último, la autoría está relacionada con el reconocimiento a los arquitectos responsables por tan increíble diseño y desempeño en su trabajo. Al enfocarse en la persona que creó la obra, esto puede también relacionarse con la apariencia y el orden ya que cada arquitecto tiene una manera particular de articular los diferentes elementos y ya a simple vista pueden ser reconocidos. Muchos arquitectos tienen un estilo en particular que sobresale ante otros y ayuda a que sus obras sean reconocidas y relacionadas entre sí. Tras El Guggenheim y El Kursaal, vemos cómo ambos trabajos han formado parte significativa ante el reconocimiento de sus creadores y han alcanzado ser obras cumbre de sus diseñadores; Gehry y Moneo, respectivamente. 


Cada uno de los elementos son de gran importancia para la efectividad de un buen diseño arquitectónico. La apariencia, el orden y la autoría trabajan en conjunto para lograr efectos que tienen reconocimiento a nivel mundial. Se le debe gran parte del producto final de una obra a cada concepto utilizado ya que si son utilizados efectivamente crean una estética más placentera para el ser humano y su entorno.


Mel Fuentes


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